En este post citaremos los errores más habituales en nuestra alimentación:
Desayuno frugal o mal desayuno: la sensación de seguir cansado por la mañana, la pesadez de cabeza, la turbidez mental, el mal genio repentino, la falta de concentración o los altibajos emocionales se explican en parte porque no se ha desayunado, porque el desayuno es insuficiente o porque no es el adecuado. Consejos para mejorar: desayunos energéticos y equilibrados. Sustitutos para las galletas, la bolleria y los bizcochos: pan integral tostados con aceite de oliva virgen extra o con jamón, sandwich mixto, muesli con mezcla de frutos secos y frutos desecadas, arroz con leche......
Más azúcar de la cuenta: el exceso de azúcares tiene consecuencias como el aumento de peso, hipertrigliceridemia. hipoglucemias reaccionales, trastornos del humor y del estado de ánimo (irritabilidad, ansiedad...). La clave está en identificar todos los alimentos azucarados de consumo habitual como el azúcar, la bollería, repostería, refrescos, zumos azucarados, galletas, cereales, chocolate y chucherías. Consejos para mejorar: más hidratos complejos, menos azúcares. Los azúcares simples implican una producción más brusca de insulina para compensar la hiperglucemia. En consecuencia, la hipoglucemia posterior también es acusada.
Cena insuficiente: la hipoglucemia matutina puede darse como respuesta a una cena insuficiente. Mal hábitos que se corrige al incluir en la cena alimentos ricos en carbohidratos complejos en su justa medida.
Demasiada proteína animal: este exceso alimentario se asocia a un aumento de la excreción urinaria de calcio (huesos más frágiles), más riego de obesidad, trastornos cardiovasculares e hipertesión arterial. Consejos para mejorar: ajustar la cantidad de forma que la ración de carne debe ser de 125 gramos, combinando legumbres y arroz en un mismo plato garantizando el aporte de proteína de alta calidad equiparable a la de origen animal pero con mayor valor biológico.
Mucho gusto por la sal: el 80% de los españoles consume más sal de la recomendada. El consumo de sal es el factor más importante en el aumento de la presión arterial, y por consiguiente, de las enfermedades cardiovasculares también aumenta el riesgo de ictus y enfermedad renal. Un exceso de sodio altera el funcionamiento de varios organos y sistemas. como corazón y el circulatorio, los riñones, hígado y huesos. Consejos para mejorar: sazonar con especias e hierbas aromáticas ayuda a reducir de forma paulatina la adición de sal a los platos.
ROCIO GAY PEREZ
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