martes, 9 de abril de 2013

ALIMENTACION EQUILIBRADA EN PERSONAS CON TRASTORNO MENTAL GRAVE

Recientemente, se ha puesto de manifiesto que seguir un patrón de dieta de tipo mediterráneo es muy recomendable ya que, además de proporcionar una dieta apetitosa y adaptada a nuestras costumbres, ayuda a mantener la salud y a prevenir el desarrollo de numerosas enfermedades crónicas típicas de estos tiempos, tales como diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cánceres o alguna enfermedad mental.

Cada vez más se conocen los efectos de los nutrientes sobre la salud mental. Diversos estudios han observado que la prevalencia de los trastornos mentales ha aumentado en los países desarrollados en correlación con el deterioror de la dieta, y en otras investigaciones se han encontrado déficit nutricionales en personas con trastorno mental grave. Las deficiencias nutricionales más habituales están relacionadas con los ácidos grasos omega-3. vitaminas del complejo B, minerales y aminnoácidos que son precursores de los neurotrasmisores. Por otro lado, está demostrado que la regulación de la glucosa es sangre mejora la calidad y la duración del rendimiento intelectual.

Además, en las personas con trastorno mental grave no se puede perder de vista la posible interacción entre alimentos y la medicación. Ciertos alimentos tienen interacciones directas con medicamentos comúnmente prescritos para tratar las enfermedades, y algunos fármacos pueden tener efectos secundarios, como elevar la presión arterial o afectar al metabolismo, generando una mayor predisposición al aumento o pérdida de peso. Especialmente el aumento de peso en relación con los antipsicóticos, es un efecto adverso bien conocido de estos medicamentos, y afecta entre el 15 y el 72% de los pacientes con trastorno mental grave. Es importante precisar que no se ha demostrado una relación dosis- respuesta, y además, existe una marcada variación interindividual.

Estos cambios que pueden afectar espacialmente a las personas con trastorno mental grave, por la combinación de la medicación antipsicótica y el estilo de vida menos activo, pueden atenuarse a través de una dieta saludable y un adecuado programa de actividad física. 

Al mismo tiempo la elección de los alimentos, la forma de comer, los hábitos culinarios y, en definitiva, todo lo relacionado con la alimentación, está influenciado, como en otras necesidades humanas, por los aspectos psicosociales que envuelven a las personas. Así, el grado de interés y le nivel de conocimiento sobre la alimentación, el grado de instrucción y de autonomía de la persona, etc..., determinan la alimentación. Por ello es importante tener en cuenta las características psicosociales de las personas a las que nos dirigimos, para adecuar en función de ellas las indicaciones y mensajes que les dirigimos. 

Rocío Gay

No hay comentarios:

Publicar un comentario